Vivienda y despoblamiento: el caso Guadalajara

04 / noviembre / 2022
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El concepto de la ciudad de 15 minutos, planteado por el científico Carlos Moreno y adoptado por diversas metrópolis del mundo, ahora forma parte de la Nueva Agenda Urbana de ONU-Hábitat, por ser considerado un modelo de ciudad más sostenible e igualitario, y proponer un estándar para la vivienda adecuada.

Con este marco de referencia, desde el Observatorio de Ciudades de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey analizamos las reservas de vivienda deshabitada y los flujos poblacionales que revelan los Censos de Población y Vivienda de 2010 y 2020 para la ciudad de Guadalajara, en el contexto de la nueva política de vivienda y repoblamiento anunciada recientemente por el alcalde tapatío, Pablo Lemus.

El concepto de la ciudad de 15 minutos, planteado por el científico Carlos Moreno y adoptado por diversas metrópolis del mundo, ahora forma parte de la Nueva Agenda Urbana de ONU-Hábitat, por ser considerado un modelo de ciudad más sostenible e igualitario, y proponer un estándar para la vivienda adecuada.

Con este marco de referencia, desde el Observatorio de Ciudades de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey analizamos las reservas de vivienda deshabitada y los flujos poblacionales que revelan los Censos de Población y Vivienda de 2010 y 2020 para la ciudad de Guadalajara, en el contexto de la nueva política de vivienda y repoblamiento anunciada recientemente por el alcalde tapatío, Pablo Lemus.

Se encontró que entre 2010 y 2020 se construyeron miles de viviendas en toda el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), sin embargo, resaltan zonas que a pesar de haber incrementado el número de viviendas, han perdido población con respecto al censo anterior. Este fenómeno se concentra en las zonas más consolidadas, es decir, que cuentan con mejor cobertura de servicios y, por lo tanto, pueden ofrecer una mejor calidad de vida a sus habitantes.

En el mapa anterior la línea punteada muestra lo que constituye la “ciudad de 15 minutos” en Guadalajara: el territorio donde las y los habitantes tienen acceso a los servicios urbanos necesarios para el disfrute pleno de la ciudad. Así mismo,  se resaltan las zonas de la ciudad donde, entre 2010 y 2020, a pesar del aumento en el número total de viviendas, se ha reducido el número de habitantes. Es de especial importancia notar que este fenómeno se concentra  en las zonas consolidadas de la ciudad donde los equipamientos prioritarios están a menos de 15 minutos caminando.

El Observatorio de Ciudades calcula el índice de proximidad considerando el tiempo promedio, para cada uno de los hexágonos del mapa, que toma caminar a un catálogo de servicios específicos: servicios comunitarios, entretenimiento, comercio y educación. En la página oficial del observatorio se puede consultar el índice de proximidad, donde aparece el cálculo de estos datos para 74 ciudades mexicanas.

Entre 2010 y 2020, dentro del AMG se construyó una vivienda nueva por cada 1.78 habitantes nuevos, lo que representaría una sobre oferta, si consideramos que el promedio de ocupantes es de 3.5 personas por vivienda, según el censo poblacional más reciente.

Al mismo tiempo, la expansión de la mancha urbana continúa, como lo evidencia la vivienda registrada en el 2020 en zonas que no se encontraban urbanizadas en el 2010. Por un lado, las zonas consolidadas ─que cumplen con el estándar de la ciudad de 15 minutos y, por tanto, se acercan también al de vivienda adecuada─ son las que continúan perdiendo habitantes, mientras las periferias van poblándose cada vez más.

Estos datos indican que el aumento en la oferta de vivienda no ha resultado en un repoblamiento del municipio de Guadalajara. Una política de vivienda efectiva debe considerar tanto la generación de oferta como las necesidades de la demanda. El tipo de viviendas y su costo son elementos fundamentales, aunque pudieran existir otros factores que determinan estos patrones.

En el área delimitada de la ciudad de 15 minutos, según el censo de 2020, existen 41,442 viviendas deshabitadas, entre 2010 y 2020 se construyeron 18,609 viviendas adicionales, y el flujo poblacional neto en ese mismo periodo presentó una pérdida de 107,602 habitantes.

Considerando la vivienda disponible actualmente, el Observatorio estimó que en estas zonas provistas con todo lo que, por derecho, debería tener un habitante, podrían vivir 134,735 personas adicionales a las que hoy habitan sin la necesidad de construir una sola vivienda más. Esta zona podría haber albergado a la mitad de la población que se ubicó en las áreas de expansión urbana entre 2010 y 2020.

¿Por qué hay tantas viviendas deshabitadas? ¿Por qué solo apostar por la construcción de viviendas adicionales cuando hay tanta vivienda sin habitar? Los incentivos en materia de vivienda suelen ser vistos desde el punto de vista de su construcción y no de quienes la habitan. ¿Cómo se vería una política de vivienda que se enfoque en garantizar el acceso a este derecho? Igualmente, es importante preguntar por qué precisamente en la ciudad de quince minutos es donde parece existir un aumento en el número de viviendas, deshabitadas, y una expulsión de habitantes.

Hemos estudiado la cuestión en nuestros newsletters anteriores, analizando cómo la cercanía con el transporte público masivo parece coincidir con la vacancia de las viviendas, cómo la densidad poblacional parece huir hacia las periferias mientras los centros urbanos se despoblan, y cómo el índice de proximidad del Observatorio de Ciudades también se ha correlacionado con la pérdida poblacional.

Desde el Observatorio de Ciudades, la principal interrogante a futuro es: ¿por qué la construcción de nueva vivienda en zonas con acceso a servicios coincide con pérdida poblacional y no repoblamiento?

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