Escasez de agua en Nuevo León: los datos

31 / octubre / 2023
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¿Se intensificarán las sequías en Nuevo León? Esto dicen los datos

Nuevo León, la segunda entidad federativa más poblada de México, se enfrenta a un panorama sumamente complicado en cuanto a su suministro de agua potable. Las últimas sequías en este estado han sido intensas y prolongadas pero, incluso con medidas para mitigarlas, la tendencia general de la región es grave.

Utilizando datos satelitales de fuente abierta, así como la información oficial de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Observatorio de Ciudades estudió el almacenamiento de agua en las presas de Nuevo León, enfocándose en Cerro Prieto, La Boca y El Cuchillo.

 

Agotamiento progresivo y sostenido de los recursos hídricos

La presa de Cerro Prieto, la mediana en el sistema de tres con un almacenamiento máximo de 300 mil millones de litros, se encuentra al sur de Nuevo León, cerca de Linares. Lo que muestra la estadística sobre su nivel de almacenamiento es un agotamiento progresivo y sostenido de los recursos hídricos en Nuevo León.

Esta presa llegó a niveles críticos de almacenamiento en Agosto de 2022, pero ha estado cerca de este punto en múltiples ocasiones, especialmente en los últimos tres años. Después de la crisis de 2022, el nivel de aguas se ha recuperado a un nivel más estable, similar al de 2021, aunque la situación no ha mejorado desde entonces.

La presa Cerro Prieto ayuda a ilustrar cómo, de manera generalizada en la entidad, existe una tendencia hacia el agotamiento de los recursos hídricos, al igual que lo muestra la gráfica general con la información de todas las presas de Nuevo León.

 

 

“A Monterrey le llegó el día cero”, el día que se acabó el agua:

La más pequeña del sistema de tres presas es La Boca. Se encuentra junto a la carretera Allende-Santiago, frente al poblado de Santiago. Debido a su menor volumen (40 mil millones de litros de agua) es un cuerpo de agua donde la sequía de 2022 fue mucho más notoria.

La presa de la Boca se secó casi por completo entre junio y agosto de 2022. Al tratarse de un sistema de almacenamiento pequeño, una revisión histórica de sus datos muestra que tiende a oscilar cada temporada de sequías para rellenarse cada temporada de lluvias.

 

 

Sin embargo, durante la sequía del “día cero”, cuando la ciudad de Monterrey se quedó con un suministro severamente recortado, la presa La Boca llegó al punto más bajo dentro del histórico de datos que publica CONAGUA.

 

Tendencias macro: ¿Qué le depara el futuro a Monterrey?

La presa El Cuchillo es la más grande de todas las presas en Nuevo León. Complementada por el proyecto acueducto “El Cuchillo II”, se trata de la más grande reserva de agua para el estado. Sin embargo, los datos históricos de esta presa también muestran una tendencia a la baja en su almacenamiento.

Aún así, comparada con las otras presas del estado, El Cuchillo tendría el almacenamiento más estable y consistente de todas, incluso durante la sequía intensa que cortó el suministro a la ciudad de Monterrey.

 

 

Según los datos de la CONAGUA, el mayor uso para el agua en Nuevo León es agrícola, pues representó el 71% del consumo en 2015, mientras que el abastecimiento público y urbano sólo representó 25%. Sin embargo, en los últimos años no solo ha crecido la población de esta entidad en un 12% (de 5.1 a 5.8 millones), sino que también ha crecido el sector secundario desde entonces.

Según los últimos datos de producto interno estatal, el sector secundario representó el 41.7% de la economía neoleonesa en el año 2021, tras un crecimiento del 3.31% respecto al 2020. Esto es relevante porque las aplicaciones industriales, en comparación con la agricultura, pueden resultar en consumos distintos de agua (ya sea mayores o menores). 

El crecimiento poblacional, así como el desarrollo agrícola e industrial de Nuevo León, sumados al cambio climático global, significan que este estado del norte del país tiene que tomar medidas de amplio calado para la gestión hídrica sostenible y eficiente. No solo bastaría con aumentar la extracción, tendría que reducirse el uso intensivo en la producción agrícola e industrial, así como el desperdicio, a la vez que se implementan medidas como la captación.

Una gestión hídrica integral para la región tendrá que asumir que en el futuro habrán más años excepcionales como 2022, y que si el gasto de agua sigue incrementando, una crisis así podría tener más y peores consecuencias que la ya sobrellevada.

 

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