Brechas

30 / abril / 2023
3 minutos de lectura

Compartimos con ustedes una publicación especial sobre brechas de género. Aquí conocerás los datos más relevantes sobre las brechas salarial, educativa y política, así como la desigualdad de tiempos y la desigualdad en la tenencia de vivienda, datos que aportan elementos para comprender la experiencia urbana de las mujeres mexicanas.

¿Qué ciudades tienen los salarios más desiguales? ¿Dónde hay más diferencia en la escolaridad entre mujeres y hombres? ¿Qué proporción de la vivienda del país está en manos de mujeres? En esta edición respondemos estas preguntas y más, mostrando datos nacionales, de Ciudad de México, de Monterrey y de Guadalajara.

En las ciudades mexicanas los hombres tienen mayor escolaridad promedio que las mujeres. Sin embargo, en las periferias las mujeres tienen mayor escolaridad que los hombres.

Por norma constitucional, la educación es obligatoria hasta el nivel medio-superior. Sin embargo, en urbes como Guadalajara, Ciudad de México y Monterrey la escolaridad promedio de las mujeres está muy por debajo del promedio de 15 años que implica esta norma.

Otra expresión de la desigualdad se da en la brecha salarial. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las mujeres mexicanas reciben, en promedio, 15.6% menos ingreso por el mismo tiempo de trabajo.



También es pertinente analizar el cruce entre la escolaridad y la participación en la fuerza laboral. En menores estratos socioeconómicos, con menores grados de escolaridad, las mujeres tienen menores porcentajes de participación y, por ende, menos recursos e ingresos propios.

Un factor urbano de relevancia es la distribución de género de la vivienda. A nivel nacional, solo el 39.34% de las viviendas en situación de pobreza ─según la clasificación del CONEVAL─ están en un régimen de copropiedad o en manos de mujeres.

En hogares en situación de no-pobreza (nuevamente con la clasificación del CONEVAL), La cifra de copropiedad y propiedad femenina es del 41.83% para hogares en situación de no-pobreza.

Finalmente, existe una decreciente brecha política de género en el país. La introducción de criterios de paridad en la normativa electoral ha tenido un efecto positivo en este ámbito. Sin embargo, el Poder Judicial aún lleva un ritmo de cambio ralentizado.

México continúa siendo un país desigual en materia de género. Aunque existen avances en varios ámbitos, llamamos a recordar que el punto de partida para atender las desigualdades, después de su reconocimiento, es su estudio.

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