Investigadores: Dra. María Elena de la Torre Escoto (Tec de Monterrey), Dr. Miguel Ángel Bartorila (Universidad Autónoma de Querétaro) Dr. José Javier Alayón González (Pontificia Universidad Javeriana)
La coevolución revisa los procesos entre el sistema natural y la estructura urbana. Janzen (1980) remarca que la coevolución tiene que ver con la especificidad, con la reciprocidad y con la simultaneidad. El estudio de los procesos relacionados entre la evolución urbanística y las diferentes valoraciones, usos y abusos de los ecosistemas naturales es bastante complejo. El desarrollo de las infraestructuras estimula las tendencias de expansión del artefacto urbano. El estudio de la evolución de las infraestructuras que sostienen el crecimiento urbano y su vinculación reciproca con la sucesión de los ecosistemas de la biorregión permiten categorizar las diferentes etapas.
De acuerdo con los procesos de artificialización del territorio metropolitano, se han identificado seis etapas en la transformación del entorno de la barranca del río Santiago y el área metropolitana de Guadalajara. Desde una larga formación del bosque tropical caducifolio hasta el incremento de los bordes y su degradación en la difusa extensión urbana se identifican los siguientes períodos: el de convivencia y refugio del bosque de la barranca por población nativa, pasando por el comercio y la explotación agrícola con un núcleo urbano de nueva fundación, la construcción de infraestructuras al servicio de la energía, la industrialización relacionada con la energía hidráulica, el proceso de suburbanización y conurbación hasta la degradación de los ecosistemas, la superación de la capacidad de carga y la simplificación del entorno.
1ª etapa: Hábitat cooperativo de grupos indígenas [7,000 aC-1542]
El ecosistema de los bosques tropicales caducifolios se formó hace aproximadamente 200 millones de años, lo que corresponde a la conformación del paisaje de la barranca. La población de la región del valle de Atemajac y alrededores muestra algunas marcas de ocupación, consecuencias de la cultura de recolección hasta el año 220 dC. En diferentes periodos la convivencia entre grupos nativos con el paisaje fluvial ha sido de aprovechamiento mutuo, y en momentos de luchas, la barranca se ha convertido en refugio del bosque. Los asentamientos más importantes que se establecieron en el área dominada por los tepocantecas del Hueytlatoanazgo de Tonalá, que significa “por donde el sol sale”, quienes denominaron al Río Chicnáhuac “Nueve Aguas”.
2ª etapa: Núcleo agrícola y comercial [1542-1901]
La nueva fundación de la ciudad de Guadalajara en el siglo XVI se estableció al margen del río San Juan de Dios. Durante un largo periodo, con explotación agrícola y las vías de comercio que atravesaban la barranca, se produjeron las primeras transformaciones del territorio. Puentes y haciendas marcan su uso y organización. Durante esta etapa de unos 350 años la gran franja del valle de Atemajac que colindaba con la barranca presentaba un uso agrícola y pecuario. La fiebre amarilla, tabardillo, y viruelas fueron las epidemias que azotaron la ciudad entre 1576 y 1581. Estas enfermedades eran curadas con plantas y otros tratamientos, entre los que se encuentran las inmersiones en aguas termales, por lo que en el siglo XVII la barranca comenzó a ser frecuentada por sus “baños de agua caliente”. Respecto a referencias sobre la ocupación del territorio se destacan las siguientes: Huentitán (s. XVIII); pasos de Ibarra y Arcediano -Cruce de Herradura Huentitán-Arcediano; Puente Grande (1720); Puente colgante Arcediano (1894); y las fábricas “El Batán” (1849) y La Experiencia” (1851) que aprovechaban las aguas del río Atemajac en las proximidades del borde de la Barranca.
3ª etapa: Promoción y desarrollo de la industria hidroeléctrica y ámbitos recreativos [1901-1950]
El río Grande de Santiago se convierte en un recurso básico para la industria hidroeléctrica. La construcción de infraestructuras al servicio de la energía en la barranca comienza a partir de 1885 con la construcción de la hidroeléctrica en El Salto y Juanacatlán. Se suceden así, la construcción de presas, caminos y edificios que alojan las centrales hidroeléctricas como son la central hidroeléctrica Las Juntas (1901), camino Colimilla-Las Juntas (1901), av. Alcalde-Camino a Saltillo (1940) y central hidroeléctrica Colimilla (1950). Esto posibilitó el suministro de energía para el desarrollo de industrias y transportes, así como para el crecimiento de la ciudad. Además, la barranca constituyó un sitio de paseos recreativos y la utilización, cada vez más frecuente, de baños de aguas termales en las afueras de la ciudad.
4ª etapa: Industria, transporte y servicios [1950-1971]
Hacia 1950 la industrialización de México produjo un importante crecimiento de la ciudad. Continuó la inversión en infraestructura generadora de electricidad, tal fue el caso de la hidroeléctrica intermedia Luis Manuel Rojas (1963). Se trazaron algunas vialidades que incrementaron los asentamientos pioneros en la barranca como la extensión norte de la Calzada Independencia (1960-70) y el Anillo periférico (1970). A partir de la década de los sesenta, el área urbana alcanzó los bordes de la barranca en tres puntos: Huentitán, el Batan y la Experiencia, en el año 1975 fue construido el Mirador Dr. Atl en la confluencia del Río Blanco.
5ª etapa: La expansión urbana de área rural periférica al ámbito marginal [1971-1994]
En esta etapa, se produjo la expansión urbana hacia el norte, apoyada principalmente por la construcción del anillo periférico en su arco norte (1980). La franja de aproximadamente 12 km entre Guadalajara y la barranca se fue ocupando de manera progresiva en los municipios de Guadalajara, Zapopan y Tonalá. El desarrollo de las empresas inmobiliarias a partir de esta etapa se incrementó de manera exponencial. Dicho crecimiento del artefacto urbano se refleja en la expansión de la ciudad entre 1971 a 1993.
6ª etapa: La degradación de ecosistemas y la dispersión urbana en los valles de Atemajac, Tesitán y Toluquilla [1994-actualidad]
La situación actual, que inicia en la década de 1990 con la restructuración económica hacia un modelo neoliberal, detonó las políticas que priorizaron el mercado y la desregulación. Esto ha tenido consecuencias en la estructura urbana, especialmente en la ocupación de los territorios periurbanos. Este periodo se caracteriza por la regresión de los agroecosistemas, la contaminación de los ecosistemas fluviales, la deforestación y dispersión urbana. En esta etapa, se puede decir que se ha producido una desfronterización donde lomeríos, barrancas, barranquillas y agroecosistemas, así como las carreteras, han vuelto indefinidos los límites entre el artefacto urbano y el sistema natural. El proceso acelerado de la urbanización extensiva, ha producido un incremento en el costo de vida urbana, provocando la superación de la capacidad de carga y la simplificación del entorno. Esta situación expresa el desconocimiento e ignorancia de dicho entorno, así como el desprecio por los ambientes rurales y naturales priorizando el enfoque de aprovechamiento especulativo del suelo.
Referencias:
De la Torre Escoto. (2006). La urbanización de grandes ejes metropolitanos. Un proyecto de ordenación para la ciudad de baja densidad. Guadalajara, México. [Tesis Doctoral]. Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio, Universidad Politécnica de Cataluña. https://www.tdx.cat/handle/10803/6962#page=1
Janzen, Daniel (1980) When is it Coevolution. En Evolution, Vol.34, N3 (may, 1980), 611-612.
Rábago Corona, Jesús, JIMÉNEZ Huerta, Edith, y Cruz Solís Heriberto (2007) “Dinámica del crecimiento urbano de Guadalajara al borde de la barranca del Río Santiago”, Inédito, Universidad de Guadalajara, CUCEA, CUAAD, CUCSH.
Macías Huerta Ma. del Carmen, Galván Escobar Alberto (2007) “Historia de la Barranca del río Grande de Santiago”. Inédito, Universidad de Guadalajara.